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Gerencia y liderazgo deben ir de la mano

No se trata de escoger entre uno y otro.

Ni en tiempos normales, ni en tiempos retadores.

Rocío Pastor


En tiempos complejos y de cambio, ante la presión por mantener e incluso mejorar resultados, el peligro es que te centres tanto en alcanzar las metas, que descuides la manera de llegar a ellas. Porque un líder, un verdadero líder, consigue resultados a través de la gente no a costa de ella. Y cuando se navega por la incertidumbre, si quieres lograr lo mejor de tu equipo, tienes que extremar cuidados con la forma. Porque la forma es fondo.

Se suele decir que los gerentes administran el trabajo mientras que los líderes dirigen a las personas. Los gestores se centran más en planificar, organizar, coordinar, decidir, ordenar, controlar, medir. En concreto: ponen su foco en los resultados. Los líderes se enfocan en impulsar cambios, generar una visión compartida, gestionar expectativas, movilizar e influenciar a su equipo. En sencillo: se enfocan más en su gente.

Mientras los gerentes tienden a priorizar como se hacen las cosas, para conseguir el resultado, los líderes se inclinan por imprimir significado a sus decisiones y acciones, para subir a bordo a su gente. Sin embargo, no se trata de escoger entre uno y otro. Ni en tiempos normales, ni en tiempos difíciles.

Necesitamos gerenciar con liderazgo. Hacerlo bien empieza por liderarnos a nosotros mismos, identificando y entendiendo nuestras emociones, pensamientos, reacciones y actitudes para poder influir positivamente en las personas a las que lideramos y con las que nos relacionamos en el día a día.

“Los gerentes que no lideran son bastante desalentadores, pero los líderes que no gestionan no saben lo que está pasando. Es una separación falsa que las personas hacen entre los dos». Esta sentencia de Henry Mintzberg, experto y académico experto en gestión de empresas, es terminante.

Porque la persona que tiene a cargo un equipo es quien determina el tono emocional de su equipo, quien más capacidad de contagio anímico tiene entre sus colaboradores. Y si en tiempos normales, la gente escruta lo que su jefe dice, el modo en que lo dice, lo que hace y no hace, la manera en que reacciona, su estado de ánimo, en tiempos retadores le prestan mucha más atención. El escrutinio se vuelve permanente. Y lo que el colaborador lee o interpreta, cierto o no, fundamentado o no, termina impactando decisiones, relaciones y resultados.

“Nadie quiere ser dirigido por alguien que no tenga cualidades de liderazgo,

pero nadie debe ser dirigido por alguien que no tenga cualidades de gestión”

Henry Mintzberg


GERENTES

Administran el trabajo

Se centran en el resultado

Elaboran planes

Planifican
Organizan
Coordinan
Deciden
Ordenan
Controlan
Miden
Se enfocan en el corto plazo


LÍDERES

Dirigen a las personas

Se enfocan en la gente

Marcan un rumbo a seguir

Impulsan cambios

Generan una visión compartida

Gestionan expectativas

Movilizan e influencian

Imprimen significado

Piden feedback

Reconocen
Invierten en el largo plazo


¿Cuál crees que es tu estilo natural?. ¿Qué dirían las personas a tu cargo?. ¿Hay una brecha entre tus respuestas?. Porque uno no es el líder que piensa que es. En realidad, uno es el líder que las personas a cargo perciben que uno es. Y esta percepción tiene un impacto en su compromiso y productividad. Es imperativo movernos con versatilidad entre ambos modos, gerenciando con liderazgo.

El desafío del balance

Hoy, quienes estamos a cargo de un equipo de trabajo, de un área o de una división, sin importar sin son pocos o muchos los reportes directos, necesitamos lograr un buen balance entre la gestión y el liderazgo.

De este balance depende, en gran medida, un clima laboral saludable y de un clima laboral saludable depende, a su vez, que se mantengan o incluso se mejoren los resultados de negocio que conseguimos a nivel de equipos, de área, de organización. Y son los jefes -coordinadores, supervisores, jefes, gerentes, o directores- quienes tienen la principal responsabilidad de crear y mantener entornos de trabajo agradables, con equipos altamente comprometidos, que entreguen cada día lo mejor de sí.

Como jefes, si queremos mejores resultados debemos desplegar un buen balance entre gestor y líder. Realizar esfuerzos para construir entornos saludables de trabajo. Llevar a cabo acciones que eleven el sentimiento de orgullo y pertenencia de nuestra gente. Emprender y participar de programas que eleven la moral y el compromiso del equipo a cargo. Y sobre todo hacerlo con convicción, con interés real, con actitud genuina. En una frase: conseguir los mejores resultados a través de la gente, no a costa de ella.

Rocío Pastor

Profesora de Negociación en INCAE

Combina su experiencia profesional, de más de 20 años, en las áreas de comunicación, capital humano y gestión del cambio para apoyar a compañías y sus líderes a construir culturas saludables que impulsen los resultados del negocio. Es una entusiasta socia estratégica para organizaciones comprometidas con liberar el potencial de su gente, fortalecer la calidad del liderazgo y construir equipos de alto desempeño.

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