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Aplica el triángulo del oro del networking

«El verdadero networking no es un trueque. Tiene que ver con construir relaciones de confianza, a lo largo del tiempo, basadas en valor», RocíoPastor
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Tejer una red valiosa de relaciones, dentro y fuera de tu organización, te abre las puertas de una gran cantidad de recursos y posibilidades. Un buen tejido de relaciones te proporciona -entre otras cosas- apoyo, información, conocimiento, retroalimentación, referencias y nuevos puntos de vista.

Sin embargo, el verdadero networking no se trata de un intercambio en el que haces algo por alguien y luego le pasas la factura. Verlo de esta manera transaccional, como si fuese un trueque, empobrece el valor de las relaciones que deberíamos generar a lo largo del tiempo. Relaciones basadas en confianza y en apoyo en ambas direcciones. De nosotros hacia la gente con que nos vinculamos y de la gente hacia nosotros.

Networking no es lo que otros pueden hacer por ti como si estuviesen obligados a hacerlo. Es la creación y mantenimiento de una red de relaciones de confianza con distintas personas, a las que apoyas y que te apoyan, generando beneficios en ambas vías. Y el tema clave es que para recibir los beneficios, primero tienes que sembrar. Para que otras personas estén dispuestas a apoyarte, tienen que conocerte, tenerte confianza, apreciarte. Y esto no se construye de un día para otro.

Antes tienes que haber dejado a lo largo del tiempo, una huella positiva, tu marca personal, en la gente con que te relacionas en distintos espacios, no sólo el laboral. Esta huella la dejas con tus acciones, actitudes, apoyo y contribuciones. Dicho de otra manera, las relaciones, las relaciones de valor, necesitan asentarse en el tiempo. La gente necesita, en una palabra, confiar. Confiar en ti. Y la confianza no brota de la noche a la mañana.

Construyendo confianza

La confianza se construye a lo largo del tiempo. Alimentando la relación. Siendo consistentes, genuinos, generosos. No hay mejor forma. Porque necesariamente para cosechar hay que sembrar y el networking suele funcionar como una red de favores. Cuando ayudas a alguien no necesariamente es esa misma persona la que te devuelve el favor.

Así que el networking no es un tema de coleccionar tarjetas de presentación físicas o virtuales, ni tampoco direcciones de correo ni números de teléfono. Es construir confianza a través de las interacciones, a lo largo del tiempo. Conocer a la otra persona, dejar que ella te conozca. Cimentar la relación con un interés genuino en el otro.

Para llegar al nivel crítico de confianza, donde la relación ya está consolidada y requiere poco mantenimiento, poca interacción, tienes que haber invertido energía, tiempo y esfuerzos. El tema es que solemos invertir al inicio pero luego lo vamos dejando, o no lo hacemos con suficiente constancia, con lo cual la confianza no llega a cristalizar.

Aplica el triángulo de oro

Con el fin de alimentar las relaciones hasta llegar al nivel crítico, al nivel óptimo de confianza, es útil aplicar el triángulo de oro. Dar. Pedir. Agradecer. Estos son los tres lados del triángulo del oro que -de acuerdo con Jan Vermeiren, experto en networking, nutren la confianza. Lo primero es dar. Dar de manera generosa, auténtica. Y de forma consistente en el tiempo. Luego evaluar pedir cuando el momento lo justifique y agradecer de una manera especial. La generación de confianza requiere los tres elementos.

  • Dar. Si no brindas ayuda es difícil que la gente esté dispuesta a ayudarte. Si te apoyan y no lo retornas de alguna manera o no te preocupas de hacerlo, difícilmente la gente estará dispuesta a auxiliarte nuevamente. Si vives pidiendo, aunque te sigan ayudando, tarde o temprano se cansarán de ti. Porque las relaciones desbalanceadas no perduran. Así que enfócate en dar, en dejar tu huella generando valor a otros.
  • Pedir. Si nunca pides nada, pero vives dando, tarde o temprano sentirás que la relación está desbalanceada o tendrás la sensación de que la gente se aprovecha de ti, por mejor que sea tu disposición. Si das mucho pero no pides, podrías llegar a despertar suspicacias o transmitir una sensación de invulnerabilidad que termine alejando a la gente. Pedir y saber cómo hacerlo es clave. A todos nos gusta poder ser útiles.
  • Agradece. Encuentra una forma especial de agradecer lo que otros hacen por ti y de hacerlo oportunamente. Agradecer no es sinónimo de devolver. Así que ten el cuidado de no aplicar un enfoque transaccional. No es un trueque. La gente suele ayudar por el deseo de ayudar. Y con este mismo espíritu deberías dar y agradecer sin llevar la cuenta.

Un delicado balance

Algunos somos muy buenos pidiendo. Otros somos mejores dando. Hay quienes agradecen de una manera mecánica y quienes que se esmeran en hacerlo de un modo memorable. El networking es un delicado equilibrio. Si vives pidiendo, terminarás cansando a la gente. Pero si nunca pides, no das a las personas que te aprecian la oportunidad de ayudarte. No se trata, de ninguna forma, de llevar la cuenta.

Se trata de construir redes de apoyo, en distintos entornos, que se manifiesten en el momento indicado. Si has estado allí para otros, es posible que ellos estén allí para ti. Y aún si no fuese así, si has sabido sembrar, cosecharás de alguien más. Entre más amplia y diversa sea tu red, más posibilidades tendrás.

Siempre dé sin recordar. Siempre reciba sin olvidar. William Blake

Rocío Pastor

Profesora de Negociación en INCAE

Combina su experiencia profesional, de más de 20 años, en las áreas de comunicación, capital humano y gestión del cambio para apoyar a compañías y sus líderes a construir culturas saludables que impulsen los resultados del negocio. Es una entusiasta socia estratégica para organizaciones comprometidas con liberar el potencial de su gente, fortalecer la calidad del liderazgo y construir equipos de alto desempeño.

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