Para empoderar, confía

Sentir que nuestros líderes confían en nosotros tiene

un efecto positivo en el modo como asumimos el trabajo,

nos relacionamos y reaccionamos.

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Empoderamiento es entregar poder con confianza. Es entregarle poder al colaborador, para impulsar su potencial. Para que adquiera y fortalezca conocimientos, destrezas y recursos. Es entregarle confianza para que crea en sí mismo, en su capacidad y en su propio potencial.

Es invitar, retar al colaborador en el mejor de los sentidos, para que sea apropie de lo que hace y se entusiasme con encontrar mejores formas de hacerlo. Es desafiar al colaborador, asignándole tareas y proyectos que le permitan adquirir y fortalecer conocimientos y destrezas críticas para su puesto actual y para su desarrollo de carrera.

Me gusta la fórmula poder con confianza. Porque el poder sin confianza no habilita el talento. Y porque la confianza sin poder conduce a resultados pobres o mediocres.

La confianza es poder

Cuando se lidera desde la desconfianza, se suele incurrir en exceso de supervisión y control, limitando la capacidad de anticipación, la creatividad e innovación de nuestra gente. Y si estas competencias son claves para nuestras organizaciones en tiempos normales, lo son aún más en tiempos retadores.

Por el contrario, cuando sentimos que nuestros líderes confían en nosotros, que nos perciben confiables, esto tiene un efecto positivo en la forma como asumimos el trabajo, en el modo como nos relacionamos, la manera en que reaccionamos y en la calidad de nuestro trabajo.

En esencia: nos motiva a ser merecedores de esa confianza. Y la confianza genera confianza, activando la mejor versión de nosotros mismos y convirtiéndose en un multiplicador de talento.

La mejor manera de saber si puedes confiar en alguien es confiando en él. Ernst Hemingway

Beneficios del empoderamiento

Empoderar es bueno para el líder, bueno para el colaborador y bueno para la organización. Como líderes nos permite incrementar la cantidad y calidad de nuestros resultados, optimizando nuestro tiempo, a la vez que aumentamos el compromiso y la competencia de las personas a las que lideramos. El resultado es un incremento en las capacidades organizacionales.

Los beneficios del empoderamiento son múltiples. Enumero siete que me parecen especialmente relevantes.

1. Genera un ambiente de confianza.
2. Ayuda a poner el foco en lo más relevante o estratégico.
3. Permite el desarrollo de habilidades en la gente.
4. Abre oportunidades de crecimiento y reconocimiento para otros.
5. Incrementa la motivación y el compromiso.
6. Aumenta la productividad y el desempeño.
7. Estimula la creatividad y la iniciativa.

¿Por qué nos cuesta como empoderar?

Como líderes, tenemos tendencia a pensar que debemos tener respuesta o tiempo para todo y que nuestra posición o solución tiene que ser la mejor. Si a esto le sumamos nuestra voz interna, el tema del empoderamiento se complica, porque vivimos repitiéndonos frases como las siguientes.

• No tengo suficiente tiempo para empoderar a otros.
• Si quiero que salga bien lo tengo que hacer yo mismo.
• Mi gente ya está muy cargada de trabajo.
• No tengo en quien delegar este tema.
• Será mucho más rápido si lo hago yo.
• No creo que tengan la capacidad.
• ¿Para qué correr riesgos innecesarios?.
• La verdad me gusta hacerlo yo mismo.

Caemos en estas y muchas otras trampas sin darnos cuenta. Y perdemos de vista que empoderar es sacar el mejor partido de la gente y que cuando lo hacemos ganamos todos. Veámoslo de esta manera. Toda persona aspira a dejar una huella, a realizar un trabajo trascendente. Y la tarea del líder es conseguir que cada persona de su equipo brille, dando lo mejor de sí. Esto es empoderar a la gente.

Delegación y motivación

La delegación es un vehículo de empoderamiento. Sin embargo, el mayor obstáculo para una delegación efectiva somos muchas veces nosotros mismos. Hay tareas que nos encanta hacer y que no queremos delegar, aunque hacerlo nos liberaría tiempo. Hay tareas para las que pensamos que otras personas no tienen la capacidad, aunque la tengan. Hay tareas que pensamos que las hacemos mejor y en menos tiempo nosotros, aunque para otras personas serían oportunidades de crecimiento y podrían llegar a sorprendernos positivamente. La lista es larga. Sean cuáles sean tu razones, inhibes con ellas el crecimiento de tu gente.

Qué pasos dar para delegar efectivamente?. Prueba con estos siete pasos. Iniciando con ser específico en relación con lo que delegas y asumiendo que el colaborador podría llegar a equivocarse. Y esto no es fracaso sino aprendizaje.

• Ser específico en lo que se delega y el resultado que se espera.
• Establecer, de forma explícita, el nivel de autoridad.
• Definir plazos, resultados, metas e indicadores de éxito.
• Realizar reuniones de seguimiento, manteniéndose accesible.
• Fomentar creatividad y pensamiento independientes.
• Reconocer al colaborador su esfuerzo y resultados.
• Asumir que la persona puede y posiblemente cometerá errores.

¿Y el factor motivación? Al delegar solemos considerar el conocimiento, la competencia y la experiencia de la persona. Pero hay otro factor, especialmente relevante, que a veces se convierte en un punto ciego para el líder. La motivación. Y es valioso ponerla sobre la mesa. Es definitivo que cuando la persona tiene la motivación, cierra las brechas ya sean de conocimiento o de competencia. Y haciendo es como se consigue la experiencia.

Por ello, conocer y apelar a los motivadores de la gente, para empoderarla, es clave. Porque siempre, dentro de cada uno de nosotros, hay una persona deseosa de aprender, de crecer, de brillar … si nos dan la oportunidad.